Corría el año 2008 y estando Manuel Pérez Castell al frente del Ayuntamiento de Albacete, el consistorio de la ciudad manchega pensó en encargar a Antonio López una escultura de gran tamaño que sería la envidia de muchas otras ciudades españolas. Un año después, con Carmen Oliver como alcaldesa, Albacete y Antonio López rubricaron dicho acuerdo y durante el mandato de la socialista, López recibió dos pagos por importe de 69.600 euros, quedando todavía pendiente un tercer pago de 34.800 euros. Sin embargo, 16 años después, en Albacete no hay ni rastro de dicha escultura y lo único que hay de este acuerdo son los casi 70.000 euros de todos los albaceteños que Antonio López tiene en su bolsillo. El esperpento es tremendo, y lo que es peor, no tiene pinta de que vaya a solucionarse pronto. Así

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