La historia no empezó en un estadio ni en una tribuna, sino en una camioneta blanca. Una Toyota Hilux, en principio destinada a la logística de una cervecería artesanal de La Plata, que fue secuestrada en un allanamiento. Ese vehículo, a nombre de Captain Hops SAS, figuraba autorizado para circular a nombre de José María “Pepe” Spinelli, de su primo Joaquín Hoz y de las hijas de Spinelli. Ese detalle abrió la puerta a una trama mucho más grande: contratos con el Estado, facturas en disputa sin respaldo claro, retiros masivos de efectivo y, sobre todo, lazos con el fútbol profesional.
La causa judicial abierta por esta historia, que instruye el juez federal Ernesto Kreplak, apunta a dos circuitos que se cruzan en varios puntos. En los documentos oficiales a los que accedió Clarín , por