Alejandro Arévalos y Aurora Martínez dicen estar en plenas condiciones de seguir trabajando. Foto: Alejandrina Franco

Frente al majestuoso Palacio de Bellas Artes, don Alejandro Arévalos y doña Aurora Martínez destellan como ejemplo de vida activa, resiliencia y creatividad.

He sido maestro de música, soy titiritero, soy mago, estudié quiropráctico, pero no lo ejerzo. Desde niño me aficioné a las miniaturas, por lo que después de la pandemia que quitaron casi todas las escuelas particulares me quedé sin trabajo porque yo era maestro de música, entonces yo buscaba a qué dedicarme, y me dice mi esposa “¿por qué no haces flores y empecé con las flores?, y ahora ya hasta me voy a inventar un robot”, dijo don Alejandro.

Tras cinco años de emprendimiento, este matrimonio ofrece las figuras en

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