La muerte de Michu, expareja de José Fernando Ortega Mohedano, ha dejado un vacío irreparable y ha desencadenado una serie de decisiones difíciles en torno al futuro de su hija Rocío. La joven, de tan solo 33 años, falleció el pasado 7 de julio como consecuencia de los problemas cardíacos congénitos que padecía desde la infancia y que la habían llevado a diversas operaciones a lo largo de su vida.
Tras el fallecimiento, la custodia de la niña se convirtió en el centro de atención. La madre y la hermana de Michu expresaron inicialmente su voluntad de hacerse cargo de la pequeña, argumentando que habían estado presentes en gran parte de su crianza. Sin embargo, la decisión final ha recaído en la familia Ortega Cano, que asumirá la tutela. Rocío se trasladará a Madrid para iniciar allí el nu