La guerra comercial iniciada por Donald Trump está generando cambios en los flujos de comercio e inversiones que Brasil capitaliza por sus vínculos con China mientras la Argentina de Javier Milei , que se alineó completa y exclusivamente con Estados Unidos, sigue esperando una lluvia de inversiones , que como ya le pasó a Mauricio Macri, no llegan.

Brasil y China, los dos países probablemente más agredidos por la política de aranceles de Trump, lograron profundizar los lazos políticos y económicos, incrementando el flujo tanto del comercio bilateral como de las inversiones, mientras los agricultores de Estados Unidos ven desplomarse la demanda de granos y la economía argentina sufre de una recesión que aleja a las inversiones en la economía real y solo florece la timba financiera.

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