A punto de cumplirse diez meses desde la catástrofe de la dana , muchos vecinos siguen denunciando las condiciones en las que se encuentran sus edificios, donde los ascensores continúan fuera de servicio. La situación golpea con especial dureza a los más vulnerables como ancianos o personas con minusvalía, que dependen de la ayuda de otros para poder salir de casa. Entre presupuestos inflados, piezas que tardan meses en fabricarse y ayudas del Consorcio que no llegan, la vida de muchas familias se ha paralizado reduciéndose a las paredes de sus hogares.
Tras recorrer varios de los pueblos afectados, hemos podido comprobar que el problema no se limita a una sola zona: desde Paiporta hasta Sedaví , Alfafar o Benetússer , los testimonios se repiten. "Mi madre tiene 80 años y