Hay dos maneras de contar lo que fue el Fyre Festival de 2017 . Como la demencial huida hacia adelante de un promotor medio lelo o como una estafa en toda regla urdida por un 'entrepeneur' sin escrúpulos. En los dos casos la historia acaba mal.
Todo comenzó en 2016, en la Web Summit de Lisboa, donde el rapero Ja Rule y un joven emprendedor con turbios antecedentes llamado Billy McFarland presentaron una aplicación que permitía reclutar a 'celebrities' para fiestas privadas. Se llamaba Fyre y lo anunciaron como "el Uber de la contratación de famosos". Alguien -probablemente un director creativo- lanzó la propuesta de montar un gran evento para promocionar la 'app' y atraer a inversores, y McFarland, entusiasmado con la idea, entró en una espiral de delirio megalómano que lo