Si algo tienen las fiestas de San Agustín es que pueden vivirse de muchas maneras, aunque esta edición ha encontrado un punto en común: la buena nota con la que hosteleros, feriantes, vecinos y artesanos cierran la semana grande de Avilés .

El último día de fiestas sirvió para apurar las horas antes de que los bares, las atracciones y los puestos del mercado Franco de Alcabala bajasen la persiana y para hacer balance de siete días intensos de música y actividades.

En La Exposición, la charanga El Feclechu animaba la hora del vermut con éxitos del pop de ayer y hoy y con las terrazas llenas hasta la bandera. «Ha sido espectacular. Hemos tenido gente todos los días y ha sido increíble la colaboración de todo el mundo. Hemos tenido un ambiente divino, con la gente súper animada», explic

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