El mallorquín (6-1, 6-4 y 6-4 a Bergs) alcanza por primera vez los octavos de un grande, ante Musetti, mientras el italiano se traba con el saque, aunque vence

Poco a poco, ladrillo a ladrillo, Jaume Munar sigue creciéndose y haciéndose notar, empeñado como está hoy día en dar un giro a su carrera ahora que se acerca a la treintena y que, dice, ya no tiene nada que perder. Es decir, riesgo o nada. Un “volver a empezar” que este año ha cobrado más forma gracias a la tercera ronda alcanzada en Wimbledon y, ahora, firme y sólido hasta aquí, la cuarta de Nueva York. Nunca había llegado tan lejos en un grande y el lunes le aguarda un complicado cruce con el artístico Lorenzo Musetti, después de otra prueba de solidez ante Zizou Bergs en un día marcado por el viento que entraba con fuerza en

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