Ya son casi las nueve de la noche del viernes y varios de los funcionarios más importantes del Gobierno, que hasta hace muy poco parecían intocables y proyectaban la jubilación de la clase política tradicional, permanecen reunidos en la Casa Rosada, atravesados por una tormenta de audios que amenaza con poner en jaque los planes electorales y políticos de Javier Milei. Se los nota abrumados: a lo largo del día, de todos estos días, mantuvieron una reunión detrás de otra, la mayoría tensas, y frente a un clima de paranoia que los lleva a pensar que ahora mismo pueden estar siendo grabados o, peor, que entre ellos puede habitar un traidor. Este periodista busca entre los contactos de WhatsApp el nombre de uno de esos funcionarios y llama sin previo aviso. El hombre, que rara vez atiende, c

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