El Alzheimer avanza de forma silenciosa. Afecta la memoria, la atención y otras funciones mentales esenciales. Por eso, los especialistas insisten en que detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia.
Un estudio reciente de la Universidad de Chicago abre una nueva puerta: la pérdida del olfato podría ser una señal temprana de esta enfermedad neurodegenerativa.
Según los investigadores, el deterioro en la capacidad para percibir olores puede aparecer hasta diez años antes de que se confirme el diagnóstico.
Este cambio, que suele pasar desapercibido, se relaciona con el daño en zonas del cerebro como el hipocampo y la corteza entorrinal, responsables de procesar recuerdos y experiencias sensoriales.
Alzheimer: el síntoma que permite detectar la enfermedad de forma temprana