La actividad turística funciona como un espejo que devuelve tanto señales económicas como sociales; en Argentina, ese reflejo mostró en el primer semestre de 2025 tensiones que van más allá de las cifras: revelan cambios en preferencias, en poder de compra y en la competitividad del destino. En términos simples, mientras más argentinos viajaron al exterior, la capacidad del país para retener visitantes y divisas se vio debilitada, según un reporte de la consultora El mejor trato al que tuvo acceso la Agencia Noticias Argentinas.
Por un lado, el turismo receptivo -los extranjeros que llegan a Argentina- siguió concentrándose en perfiles y destinos concretos. Brasil se mantuvo como principal emisor (27,7% del total), y Europa junto con el resto de América aportaron casi un 19% cada uno. Por