Cumplir 100 años ya es todo un hito, pero si se hace a más de 15.000 pies de altura es «un momento inolvidable, pero yo no me pongo nerviosa». Así lo cuenta la propia Josefina Cubillas, quien este lunes primero de septiembre ha hecho esta hazaña. El reloj marcaba las diez y media de la mañana cuando Josefina llegaba al aeródromo de La Morgal para surcar el cielo asturiano por segunda vez de mano del experto y amigo piloto belga Philippe Foerster.
«Nadie sabe de dónde le viene esta pasión por volar porque hasta cerca de los años 80 no salió de su pueblo, Puelles, donde ejercía de costurera», confiesa su hija María Jesús. Fue entonces cuando Josefina viajó hasta México, país en el que vive mucha familia. Comenzó después a trabajar de auxiliar de enfermería en el Hospital Universitario de