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POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA
Dicen que los países no tienen amigos, sino intereses. Y eso lo sabe a la perfección Donald Trump. Desde el pasado 20 de enero, bajo el lema “America First”, trazó, cuanto menos, dos metas: la deportación masiva de inmigrantes indocumentados y la guerra arancelaria.
En la primera, de acuerdo con la cadena CNN, en lo que va del año el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) deportó a casi 200 mil, la cifra más alta en una década (en 2014, el Nobel de la Paz, Barack Obama, regresó a casa a 316 mil). En adición, en mayo último, la Corte Suprema ratificó la revocación del estatus migratorio temporal concedido por Joe Biden a 500 mil ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, con lo cual quedan expuestos a ser retornados a su