Menorca, conocida por sus calas vírgenes, su gastronomía y su carácter tranquilo en comparación con otras islas del archipiélago balear, ha encontrado en un producto muy particular un símbolo de identidad y, al mismo tiempo, un motivo de debate: la flor de sal .
Este producto, que se recoge en las Salinas de la Concepción , se ha convertido en un auténtico objeto de deseo en el mercado gourmet. Su precio, que supera con creces al de otras sales de renombre internacional, ha suscitado tanto admiración como críticas.
La presentación de esta sal, en elegantes envases de 125 gramos, no deja indiferente. Se trata de un producto exclusivo que llega a alcanzar los 119 euros por kilo , un valor muy superior al de la popular sal Maldon, que ronda los 24 euros por kilo , o incluso a la con