Por: Francisco Reséndiz 04/09/2025 08:10:00

Gerardo Fernández Noroña desperdició la oportunidad histórica que la vida le dio y esta semana dejó la Presidencia del Senado de la República -a donde llegó con el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador- envuelto en escándalos y rompiendo el discurso que él mismo construyó.

A Noroña lo conocí a finales de julio de 1996. Aquel día esperó a que el presidente Ernesto Zedillo saliera por la Puerta de Honor de Palacio Nacional y se tiró a su paso -una forma de protesta que lo caracterizaba por su falta de apoyo social y de recursos… pero con la necesidad de reflectores- y se armó una pelea con la seguridad presidencial.

Noroña había tomado la crisis económica de 1994, a los deudores y la lucha contra el Fobaproa como bandera. Mientra

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