El aparato digestivo y el cerebro están más conectados de lo que se pensaba, hasta el punto de que quienes padecen trastornos intestinales persistentes tienen hasta el doble de probabilidad de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como Alzhéimer o Párkinson, según ha confirmado un estudio dirigido por la española Sara Bandrés-Ciga.
La investigadora, directora del área de neurogenética en el Centro para la Investigación del Alzheimer y otras demencias de los Institutos de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), codirigió este macroestudio que bebe de tres grandes bases de datos: el BioBanco del Reino Unido y los biobancos de Escocia (SAIL Biobank) y Finlandia (FinnGen).
Sus revolucionarios hallazgos aparecen recogidos en la revista científica Science Advances