En México, pocas frases son tan comunes como el clásico consejo de las abuelas “Échate un bolillo pa’l susto ”.

La escena es habitual en hogares, escuelas y oficinas: tras un sobresalto, alguien sugiere con naturalidad “ un bolillo para el susto” , como si el simple acto de comer pudiera devolver la calma perdida.

En la práctica, la persona afectada suele recibir el pan y consumirlo , a menudo acompañada de palabras tranquilizadoras de quienes la rodean.

Pero, ¿Qué hay detrás de esta costumbre?

La UNAM Global , agencia informativa de la Universidad Nacional Autónoma de México, el “susto” se entiende como una reacción repentina del cuerpo ante un peligro o miedo, como puede ocurrir durante un sismo.

Desde el punto de vista científico, el susto desencadena una serie d

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