En el debe del Deportivo 24-25 estaba la capacidad del equipo para puntuar por encima de lo merecido . Para sumar en partidos en los que todo salía mal. Antonio Hidalgo movió y movió el árbol, con más fe (y mimbres talentosos) que un plan definido. Cuatro atacantes, un conjunto descosido y pocas ideas sobre el tablero para dominar a un Leganés superior durante más de una hora que, en el único momento de flaqueo, se sostuvo en pie gracias a Juan Soriano.
El Dépor en 5-3-2 del primer tiempo se chocó de frente contra una pared. No fue capaz de soportar el intercambio de golpes ante un púgil que le doblaba en onzas. El descontrol le sentó mal y solo unos momentos de luz sirvieron para generar las tres ocasiones claras que se repartieron Yeremay y Villares . A cambio, cada puñetazo del L