El dictamen de Medicina Legal que confirmó que la niña Valeria Afanador murió ahogada, el mismo día de su desaparición y a pocos metros del sitio por el que salió del colegio, volvió a despertar inquietudes sobre el papel de los rescatistas, que durante 17 días pasaron varias veces por el lugar y no vieron su cuerpo.
La opinión pública le ha venido siguiendo la pista a los sucesos que han rodeado esta tragedia, la cual comenzó el pasado 12 de agosto, cuando la infante de 10 años, quien padecía síndrome de Down, salió por una cerca del Gimnasio Campestre Los Laureles, en el municipio de Cajicá, en Cundinamarca.
La cámara de seguridad del colegio mostró a la niña sola, saliendo por la cerca cubierta de vegetación, que conduce a la ribera del río Frío, aunque no es claro si al otro lado h