La arquitectura del miedo construyó un nuevo desastre “liberal libertario”. Frente al escándalo del Coimagate, el gobierno de Javier Milei articuló una respuesta de supervivencia política que combina lawfare, censura judicial y el relato más extravagante que haya parido la imaginación mileísta: una operación de inteligencia comandada por espías rusos, influencias chavistas y Pablo Toviggino, el tesorero de la AFA.

El arsenal represivo se activó cuando el vocero Manuel Adorni anunció una denuncia penal que apunta a silenciar a los periodistas Jorge Rial y Mauro Federico, exigiendo el allanamiento de sus domicilios y del canal Carnaval Stream. La operación judicial, presentada por Fernando Oscar Soto del Ministerio de Seguridad "por indicación expresa de Patricia Bullrich", constituye la re

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