
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha hallado en los dispositivos electrónicos incautados a José Luis Ábalos un archivo perfectamente estructurado con decenas de carpetas dedicadas a mujeres con las que mantenía relaciones íntimas durante su etapa como ministro de Transportes. Según la documentación a la que ha accedido en exclusiva THE OBJECTIVE , el exdirigente socialista guardaba el material bajo nombres personales, fotos en diferentes contextos y contenido de naturaleza privada.
El patrón era siempre el mismo: una carpeta por cada mujer, todas identificadas con nombre propio y localización. Las más voluminosas son las de Ariadna R. P. y Carlotta Sabina Popper, mujeres con las que Ábalos habría mantenido encuentros recurrentes en contextos organizados por Koldo García, entonces su hombre de confianza y señalado por orquestar estas citas bajo un aparente sistema de favoritismo y uso de recursos públicos.
En algunas de las fotografías, tomadas de forma privada durante viajes o cenas en restaurantes exclusivos, las jóvenes aparecen posando para el ministro. En otros casos, se observa la llegada de las mujeres con maletas a distintos puntos de encuentro, lo que podría evidenciar un patrón de desplazamiento pagado por terceros. Una de las imágenes ubica a ambas mujeres en el restaurante La Sole del Pimpi (Málaga), lo que confirma los viajes fuera de Madrid organizados a medida para estos fines.
Una carpeta llamada «TOP» y un disco duro con 10 nombres más
La clasificación no era anecdótica. En el fichero denominado «Z» del disco duro, se encuentra una carpeta llamada “TOP” , en la que Ábalos habría guardado el material más sensible relacionado con estas mujeres. Según el informe de la UCO, este archivo contenía imágenes explícitas, intercambios de mensajes y datos sensibles sobre la vida privada de al menos una decena de mujeres, todas vinculadas a los círculos de acompañantes contratadas por Koldo García.
Esta revelación se suma a lo ya conocido sobre el caso de Jésica Rodríguez García, quien mantenía una relación personal y económica con Ábalos mientras recibía pagos de hasta 12.000 euros mensuales a través de contratos en empresas públicas como Ineco y Tragsatec. La existencia de esta red de favores y relaciones personales llevó a su destitución fulminante por parte de Pedro Sánchez en julio de 2021, como ya publicó THE OBJECTIVE , tras comprobarse que los comportamientos privados del ministro eran incompatibles con su permanencia en el Ejecutivo.
Un modus operandi meticuloso y sistemático
Las escuchas judiciales demuestran que los encuentros se organizaban bajo una coordinación explícita entre Ábalos y Koldo. En uno de los fragmentos registrados en julio de 2019, Koldo le ofrece al ministro distintas opciones: «¿Te gusta más Ariadna o Carlotta?». A lo que Ábalos responde: «No sé, la Carlotta se enrolla que te cagas», al tiempo que buscaban encajar fechas y lugares acordes con la agenda oficial del ministro para no levantar sospechas.
Entre los nombres descubiertos en el archivo aparecen también otras mujeres identificadas con nombres como Ale, Juliethe, Meli o Lucía. Todas tienen su correspondiente carpeta, su material y registro de encuentros. La investigación sugiere que parte de estos viajes y citas podrían haberse sufragado con recursos públicos, lo que agrava la dimensión judicial del caso.
La gravedad del hallazgo no sólo se ciñe al ámbito moral, sino que podría abrir nuevas líneas de investigación por malversación, encubrimiento, e incluso violación de la intimidad si se demuestra que alguna de las mujeres no consintió la captación o almacenamiento de este material. Por el momento, la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo continúan desgranando las pruebas incautadas.