“Un 13 de agosto del año 2014 comenzó toda una pesadilla para mí y el grupo familiar. Ese día me disponía a salir de vacaciones cuando recibí una llamada girándome la instrucción de quedarme en la Fiscalía, no podía ni imaginar el calvario que se avecinaba.

En horas del mediodía fui sorprendido con un despliegue policial jamás visto, con la participación de Directores del Ministerio Público, que venían con el firme propósito de quitarme la libertad. En el momento no entendí, porque mi gestión como Fiscal Superior en varios Estados y como Fiscal Militar siempre fue transparente, limpia, decorosa, ajustada a la Ley, esa que siempre he llevado de bandera desde que juré lealtad a la Constitución, con una carrera militar intachable, y siendo reconocido como uno de los Fiscales Superiores de me

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