Olvidemos el Brexit: la nueva gran secesión no es de un país, sino del contrato social mismo. Se llama "Sovexit": la doctrina que impulsa a una élite tecnológica a abandonar las democracias que consideran obsoletas para fundar sus propias "naciones-startup". Su primer laboratorio es tan improbable como simbólico: las ruinas de Forest City, la ciudad utópica más espectacularmente fracasada del siglo XXI, convertida en laboratorio ideológico de un mundo imposible.
Cada vez con más frecuencia se habla de ciudades resplandecientes, una especie de utopías tecnológicas concebidas en las mentes de visionarios y magnates que prometen reinventar la vida en comunidad. Son espejismos de un futuro perfecto, diseñados con la precisión de un algoritmo y financiados con fortunas que exceden el producto