El pasado 27 de agosto, el usurpador de Miraflores envió una comunicación al secretario general de la ONU solicitando su intervención para detener el operativo militar que Estados Unidos ha desplegado en el mar Caribe, cuyo propósito es claramente someterlo a la justicia por la deriva criminal y autoritaria en la que ha caído.
El verdugo pide clemencia. El mismo que se robó las elecciones, que nos amenazó con “un baño de sangre” y que proclamó quedarse en el poder “por las buenas o por las malas”, aparece ahora invocando el derecho como instrumento para la vida civilizada. En su misiva a António Guterres, Maduro afirma : “La humanidad y esta Organización no pueden permitirse que, en pleno siglo XXI, resurjan políticas de fuerza que pongan en riesgo la paz y la seguridad internacionales.