Mientras una parte de España apagaba los incendios y los políticos se tiraban los trastos a la cabeza, en las redes sociales emergió hace unos días un debate de fondo: la deuda que cargarán los jóvenes heredada de las generaciones anteriores. La polémica no es nueva, pero sí cobra especial relevancia en este momento en el que el mundo se desliza por una peligrosa pendiente y hay quien anda desorientado. O en la indefinición, que dirían los sociólogos.
Todo surgió tras unas declaraciones del todavía primer ministro francés, François Bayrou, en una entrevista en las que aseguró que “son ellos [los jóvenes] los que son las víctimas, son ellos quienes tendrán que pagar la deuda toda su vida”. “Y hemos logrado hacerles creer que había que aumentarla aún más. ¿No lo encuentran genial? Todo eso