Ayer concluyó formalmente mi encargo como magistrado civil: y, como es público, dado que no soy amigo de las adulaciones gratuitas ni de los silencios convenientes, me permito estas líneas: Durante estos casi once años, tuve ocasión de vivir un sinfín de experiencias que hicieron que mi ánimo subiera y bajara, como trepado en una montaña rusa; frente a la enorme responsabilidad de implementar la reforma laboral en Chihuahua, tuve que padecer los embates de un gobierno autoritario y obtuso como el de Javier Corral; en contraste con las horas largas de trabajo y aprendizaje que demandó presidir la Comisión de Administración, estuvieron aquellas otras, solitarias, apacibles, cómodas y entrañables como titular de la Séptima Sala Civil; ante el desempeño de personajes siniestros, estuvo el acom

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