Ambientada en un pueblo minero del norte de Chile durante los años 80, la película narra la historia de Lidia, una niña que crece en una familia queer marcada por la discriminación y el miedo a una misteriosa enfermedad que —según la creencia popular— se transmite con una sola mirada de amor entre hombres.
Chile se la juega con "La Misteriosa Mirada del Flamenco" de Diego Céspedes para premios Oscar y Goya

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