'Un viejo labrador, próximo a morir, dijo a sus hijos que había un tesoro escondido en sus tierras. Tras su muerte, cavaron sin tregua. Tesoro no hallaron, pero la tierra removida produjo una cosecha inigualable'.
Un anciano labrador, sintiendo cercana su muerte, llamó a sus hijos y les dijo:
—Hijos míos, en uno de mis campos he escondido un tesoro.
Tras su muerte, los hijos, ansiosos por encontrarlo, cavaron con empeño cada rincón de la tierra. No hallaron oro ni joyas, pero al haber removido y trabajado tan bien el campo, la cosecha de ese año fue la mejor que jamás habían tenido.
Moraleja: El trabajo constante y bien hecho es, en sí mismo, un tesoro.
Cuando un fundador muere, deja mucho más que bienes: deja valores, enseñanzas y una historia de esfuerzo. A veces, el mayor legado no