Vivimos en una época en la que las marcas compiten no solo por cuota de mercado, sino por segundos de atención, relevancia cultural y lealtad emocional. En este contexto, donde la abundancia de opciones diluye el impacto de las diferencias funcionales y donde el precio se convierte en una variable fácilmente replicable, muchas empresas buscan inspiración en el mundo del lujo. No lo hacen necesariamente para convertirse en marcas de lujo, sino para aprender de su capacidad de generar deseo, construir valor percibido y mantener una coherencia impecable a lo largo del tiempo.

La ‘premiumización’ , en este sentido, se presenta como una vía estratégica para elevar la propuesta de valor. Pero ¿qué significa realmente premiumizar ? ¿Cómo puede una marca justificar un precio más alto sin perd

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