El asesinato de Miguel Uribe reveló un entramado criminal mucho más complejo de lo que se pensaba. Detrás de la ejecución estuvo la organización “Plata o Plomo” , una estructura que durante meses planeó con precisión cada movimiento para acabar con la vida del líder político. La investigación de la Fiscalía muestra que no se trató de un hecho aislado, sino de una operación diseñada con recursos tecnológicos, coordinación internacional y el apoyo de figuras clave que hoy enfrentan a la justicia.

La captura de un séptimo implicado, conocido como alias ‘El Mosco’ , cambió el rumbo del caso. Su teléfono móvil se convirtió en una caja negra que reveló la magnitud de la conspiración: videollamadas grupales, chats cifrados y seguimientos detallados a Uribe. Los investigadores aseguran qu

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