Los pueblos palafitos de San Sebastián de Buenavista y Nueva Venecia, se tomaron la carretera para exigir acciones ante la crisis ambiental que afronta la Ciénaga Grande de Santa Marta.
Son cerca de 4.000 habitantes, en su mayoría pescadores artesanales, que han decidido tomarse la vía para visibilizar el abandono estatal y exigir respuestas urgentes.
La causa inmediata es la proliferación de plantas invasoras —Hydrilla verticillata y Eichhornia crassipes (taruya)— que han bloqueado los caños de acceso, dejando a la comunidad literalmente atrapada.
Hoy, no pueden salir a abastecerse de agua, alimentos ni trasladar enfermos. Los motores de las canoas se enredan en la maleza y el transporte fluvial, único medio de movilidad, ha quedado clausurado.
Las consecuencias son devastadoras: Agua