En su primera reunión formal en Downing Street, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro británico, Keir Starmer, han firmado este miércoles un compromiso de cooperación que promete más inversiones en defensa, energía y otros sectores clave para empresas de los dos países. Además, hablaron de las guerras en Ucrania y en Gaza, que el presidente español mencionó como ejemplo de uno de los asuntos en los que los dos gobiernos están “alineados”.

Sánchez y Starmer formalizaron un pacto para estrechar relaciones políticas y económicas, como está haciendo el Reino Unido con otros países europeos después del Brexit, y apadrinaron una reunión entre grandes empresas. Con tono cordial, ambos líderes comentaron ante las cámaras sus preocupaciones comunes.

“Somos dos gobiernos alineados en muchos asuntos, en muchas políticas... Estamos en perfecta sintonía sobre algunos debates globales, como el cambio climático, Ucrania o la terrible tragedia que afrontamos en Gaza”, dijo Sánchez, en inglés, después de la reunión, y sentado junto a Starmer, que también mencionó en particular la “terrible” situación en Gaza. El acuerdo de cooperación firmado entre los líderes menciona la coordinación de “iniciativas para promover la solución de los dos Estados y el Estado palestino” y “apoyar una estrategia de seguridad regional que integre plenamente a Israel”.

El Gobierno laborista es uno de los que está considerando ahora el reconocimiento del Estado palestino, ha roto sus negociaciones comerciales con Israel y ha sancionado a ministros del Gobierno de Benjamin Netanyahu y a colonos en Cisjordania, pero ha sido criticado a menudo por, por ejemplo, no aplicar un embargo total de armas a Israel. Además, el Gobierno de Starmer decidió meter este verano en la lista de organizaciones terroristas a un grupo llamado Palestine Action , que entró en una base militar en junio para protestar, y esto ha llevado a la detención de cientos de personas en protestas que lo apoyan.

La posición de Sánchez sobre Gaza estaba muy destacaba este miércoles en Londres también en la portada del diario The Guardian , que abría su edición en papel con una entrevista en la que el presidente del Gobierno se quejaba del bloqueo de la Unión Europea.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro británico, Keir Starmer, en Downing Street, este miércoles.

Reunión con empresarios

Después de la cita entre Sánchez y Starmer, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y la canciller británica, Rachel Reeves, se reunieron con representantes de compañías de ambos países, entre ellas, del lado español, Iberdrola, Santander, Telefónica y Navantia, la empresa pública de construcción naval civil y militar que acaba de comprar el histórico astillero de Irlanda del Norte donde se construyó el Titanic. Del lado británico, están invitadas empresas energéticas como BP, Octopus y SSE, y varias del sector de defensa. 

Los gobiernos, según el documento firmado, se han comprometido a crear “un entorno favorable” para que las empresas comercien e inviertan más, y a celebrar foros con directivos de empresas españolas y británicas de manera periódica. El documento menciona la pequeñas y medianas empresas, aunque en la reunión de este miércoles las representadas eran compañías muy grandes, y un posible acuerdo para que sea más fácil entrar en el Reino Unido en el caso de “viajes cortos de negocios”. La declaración conjunta apoya también la idea de eliminar obstáculos para que jóvenes puedan estudiar y trabajar en el Reino Unido y España, pero subraya que esto “no debe confundirse con el concepto de migración”, que el Gobierno laborista quiere reducir.

Cooperación en seguridad y defensa

Además, el documento menciona la cooperación en materia de seguridad y defensa, en particular en relación con “ciberataques rusos, el sabotaje, las injerencias extranjeras, la manipulación de la información, los asesinatos y el espionaje”. La declaración también subraya “la asociación estratégica UE-OTAN” como “esencial para la seguridad y la prosperidad de la región euroatlántica” y promete “cooperación” entre las fuerzas armadas de ambos países.

El Reino Unido estima que podrá llegar a un gasto de defensa y seguridad nacional en sentido amplio del 4,1% del PIB para 2027 , y aquí cuenta no sólo la expansión de gasto tradicional en armamento o mejoría de instalaciones militares, sino gastos más generales para la seguridad, como el refuerzo de la red energética, la ciberseguridad, la mejoría de la red ferroviaria y hasta el control de fronteras. Las empresas españolas presentes en la reunión, que ya trabajan en el Reino Unido, pueden beneficiarse de más contratos públicos, que, según los datos recién publicados por el Ministerio de Defensa británico, suelen ser más lucrativos para las empresas no británicas aunque la mayoría vayan para las locales.

Los detalles de Gibraltar

Pese a haber firmado un acuerdo de cooperación muy amplio, Sánchez y Starmer no entraron en detalles sobre el desarrollo del acuerdo para el nuevo estatus de Gibraltar, que todavía depende de un texto legislativo que está en proceso de elaboración y deberá ser aprobado por las partes, incluido el Parlamento Europeo. En todo caso, los gobiernos esperan derribar la verja de entrada al Peñón, y con ella los controles para personas y bienes, a principios de 2026. 

El estatus de Gibraltar tras el Brexit ha sido uno de los obstáculos que los gobiernos esperaban resolver antes de reunirse y que llevaba pendiente desde la salida oficial del Reino Unido de la UE, en enero de 2020. El pacto político del pasado junio ha facilitado la reunión y la firma del acuerdo bilateral. Pero los detalles fiscales, laborales, comerciales y migratorios clave quedan pendientes de un proceso que llevará meses completar. El borrador del texto legal , según fuentes británicas, suma 200 páginas por su complejidad dada la cantidad de asuntos incluidos, y el tratado para resolver los primeros asuntos se espera este otoño.

Poco trato 

Pese a su supuesta sintonía ideológica, Sánchez y Starmer apenas han tenido trato personal desde la llegada al poder del primer ministro británico en julio de 2024. 

El laborista ha invitado ya dos veces al Reino Unido al presidente francés Emmanuel Macron, incluyendo una visita de Estado de tres días este julio, y le ha visitado otras tantas para encuentros bilaterales en París. Es habitual que el Reino Unido tenga más trato con Francia, su vecino y un país parecido en tamaño y peso internacional, pero Starmer también ha tenido más relación con líderes de países más periféricos, como la primera italiana, Giorgia Meloni, con la que ya ha mantenido tres reuniones formales, o de países más pequeños que España, como el primer ministro polaco, Donald Tusk , con quien Starmer se reunió en enero en Varsovia. 

Además, el primer ministro británico suele hablar a menudo por teléfono con otros líderes europeos, pero apenas lo ha hecho con Sánchez, según la información pública de Downing Street. Su último contacto telefónico bilateral fue el 11 de junio tras el anuncio del acuerdo para Gibraltar. En todo caso, como recordó Starmer, han pasado siete años desde la última visita de un presidente español a Downing Street.

Coalición de dispuestos

Una de las prioridades internacionales de Starmer es una posible misión para mantener la paz en Ucrania si hay un cese de hostilidades, pero el Gobierno español ha estado entre los más tímidos a la hora de ofrecer recursos. Este jueves está previsto que el presidente Sánchez asista a la reunión de la “coalición de dispuestos” en París.

En Europa, más allá de Francia y Alemania, Starmer también ha trabado alianzas con gobiernos que pueden ayudar a suavizar la difícil relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por ejemplo el presidente finlandés. 

De otro lado, Starmer ha tejido acuerdos sobre la respuesta a la guerra en Gaza con otros países, como el caso de Canadá y Noruega, con cuyos gobiernos coordinó sanciones contra varios ministros del Gobierno israelí . Los tres países están fuera de la Unión Europea, y por tanto tienen más margen para imponer por su cuenta estos castigos.