El presidente Donald Trump no tuvo nada en su agenda pública por tres días de la semana pasada. A menudo luce un gran moratón en la mano derecha, que a veces cubre con maquillaje. Tiene los tobillos hinchados. Es la persona de más edad que ha sido elegida presidente.

Para un grupo de estadounidenses hiperconectados el fin de semana largo del Día del Trabajo, todo esto era explicación suficiente: el presidente estaba muerto o a punto de estarlo.

Los críticos de Trump han especulado sobre su salud durante todo el tiempo que lleva en la política nacional. Y él, por su parte, se ha negado durante mucho tiempo a explicar cuándo y por qué ha buscado atención médica, si padecía covid o se sometía a procedimientos rutinarios. Pero nunca había habido una ola conspirativa tan febril como esta.

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