El calor enajenante del bochorno, la mezcla rara del viento sur que hace enloquecer, el sol despiadado, la humedad y la capa de nubes que fueron tornando a negras a medida que transcurrían las horas, no presagiaban nada bueno, salvo el caos. La etapa con final en Bilbao no aplaudió a ningún ganador porque ningún ciclista atravesó la línea de meta . Un pasillo de banderas en favor del pueblo palestino y en contra del genocidio que Israel está perpetrando se elevaron por encima de la competición.
Antes de que la carrera se convirtiera en una página de sucesos, quién sabe si luctuosa, la organización de la Vuelta determinó que no se daban las condiciones de seguridad necesarias para que el pelotón disputase el final en la Gran Vía. El objetivo era salvaguardar la integridad fís