CAMPECHE. La alcaldesa Biby Rabelo acudió a la Fiscalía General del Estado para interponer una denuncia por violencia política y de género, pero su intento de mostrarse como víctima terminó exhibiendo más tropiezos que resultados. No obtuvo medidas de protección, evitó dar nombres de los presuntos responsables y dejó abiertas sospechas de que el caso obedece más a un movimiento político que a una agresión real.

Tras dos horas de trámite, Rabelo admitió que pidió medidas cautelares y le fueron negadas. “La solicité y no nos la autorizaron”, reconoció, revelando además que la mandaron a buscar a un director que ni siquiera estaba en la oficina. Un proceso que, lejos de fortalecer su denuncia, la dejó evidenciada como una funcionaria sin respaldo institucional.

Las contradicciones no termi

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