En medio de las dificultades económicas que han redefinido la vida de millones de venezolanos, una forma perversa de crimen organizado ha encontrado su nicho. La hiperinflación, que en su punto más alto tocó una marca anualizada de 344.500% en febrero de 2019, destruyó el valor del bolívar y forzó una dolarización de facto para que la economía pudiera respirar.
Sin embargo, este cambio ha engendrado un fenómeno de gran sofisticación: la falsificación de dólares estadounidenses.
Se llegó a imprimir un billete de un millón de bolívares, la denominación más alta puesta en circulación en la historia del país, pero este llegó a valer apenas 20 centavos de dólar. El papel moneda nacional era ya un objeto sin valor.
El nuevo cono monetario emitido en 2021 tampoco resistió por mucho tiempo el p