Las altas temperaturas que han azotado Andalucía este verano, y que han provocado que el mercurio supere los 42 grados en diferentes puntos de la región durante no pocas jornadas, se han cobrado la vida de más de 300 personas. Así se desprende de los datos extraídos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), dependiente del Instituto de Salud Carlos III, que determina que hay una relación directa entre el calor registrado entre junio y agosto y estas muertes.
Este verano de 2025 pasará a la historia de la comunidad como uno de los más duros y mortales de las últimas décadas. De hecho, la cifra de defunciones registradas por el impacto de la subida de temperaturas (303) duplica las contabilizadas en 2024 (147), y se establece el perfil de las personas más vulnerables: la