Ryanair, la aerolínea que más pasajeros transporta en España, ha protagonizado uno de los mayores repliegues que se recuerdan en el sector: un millón de asientos menos en la temporada de invierno (de finales de octubre a finales de marzo), que suponen el cese de sus operaciones en Vigo, Valladolid, Jerez y Tenerife Norte, además de importantes ajustes en aeropuertos secundarios -menos de tres millones de pasajeros- como represalias a sus diferencias comerciales con Aena.

Desde Moncloa concentran sus esfuerzos en persuadir a aerolíneas como Vueling, Volotea o Air Nostrum para cubrir el vacío que deja la irlandesa, pero asumen un alto riesgo de que sus intentos vuelvan a quedarse sobre papel mojado, como ha ocurrido este verano. De no reparar el golpe, las consecuencias sobre la conectivida

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