Green Day regresó a la Argentina para demostrar de nuevo su poder de convocatoria -que no solo es virtual- en su quinta visita a Buenos Aires, con un Estadio de Huracán repleto de bote a bote, con la algarabía constante de sus simpatizantes a lo largo y lo ancho de todo el Palacio Ducó, en el barrio de Parque Patricios.
Este trío fue parte de un quiebre importante del punk: además de tratarse de los “renovadores” y quienes se alejaron de lo musicalmente rudimentario, impusieron nuevos modos y looks. Fue así como pasaron los tiempos de crestas anti sistema o las cadenas con candados colgadas de los cuellos. A su vez no fue más necesario vestir como Joey Ramone y sus compañeros de banda: corte de pelo taza (con flequillo recto sobre la frente), por nombrar tan solo algunos de ejemplos.
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