Dra. Ruiz González, ¿cómo fueron los inicios en su profesión?
Desde los inicios sabía que no quería ser la abogada distante, que habla difícil ni la que empuja a los clientes a litigios innecesarios. Siempre me gustó mostrarme cercana, explicar claro y ser fiel a lo que cada cliente realmente necesita para resolver. Escuché muchas veces la frase “el cliente soy yo”, dicha por abogados. Y siempre pensé que es al revés: mi tarea es ser instrumento y traductora de lo que la persona quiere expresar en un tribunal, y poner todas las alternativas sobre la mesa para que el cliente tenga el poder de decisión. Desde el principio eso es lo que me motiva a explicar, informar, y anticipar distintos escenarios, para que sean quienes me consultan los que tengan el poder de decidir.
¿Cuáles son los ser