Las ondas superficiales de los seísmos desplazaron también varias fallas en distancias nunca registradas
Los terremotos que sacudieron el sureste de Turquía en febrero de 2023 , además de los miles de muertos que provocaron, activaron decenas de volcanes a más de 1.000 kilómetros de distancia. No se trató de erupciones clásicas, las de lava, sino de barro. El fenómeno, aunque raro, suele suceder en áreas con fluidos bajo la superficie terrestre. En paralelo y relacionado, un grupo de sismólogos muestra en la revista científica Science , cómo varias fallas cercanas al mar Caspio se desplazaron de forma silenciosa. Nunca hasta ahora se había registrado que un seísmo pudiera tener esos impactos a tanta distancia.
Seis minutos después de que la tierra se abriera en la frontera entre Tu