Viajar al espacio no solo desafía la resistencia física de los astronautas, también acelera el envejecimiento de sus células madre. Así lo demuestra un estudio liderado por la Universidad de California en San Diego, que ha analizado cómo las condiciones extremas de la Estación Espacial Internacional —microgravedad y radiación cósmica— afectan a las células hematopoyéticas, responsables de producir la sangre y mantener el sistema inmunitario.

Para ello, los investigadores desarrollaron diminutos “nanobiorreactores”, laboratorios en miniatura capaces de mantener vivas células madre humanas en órbita durante más de un mes y monitorizarlas en tiempo real mediante inteligencia artificial. Estos dispositivos, construidos y operados por la empresa Space Tango, volaron en cuatro misiones de Space

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