Giorgio Armani, el icónico diseñador italiano, falleció a los 91 años el 4 de septiembre en Milán, dejando un legado imborrable en el mundo de la moda. Su muerte ha conmocionado a seguidores y colegas, quienes lo recuerdan como un pionero del minimalismo y la elegancia. A lo largo de su carrera, Armani transformó tanto la moda masculina como la femenina, construyendo un imperio que perduró durante cinco décadas.
En los últimos meses de su vida, la salud de Armani se deterioró. En junio, no asistió a la Semana de la Moda de Milán por primera vez, debido a complicaciones de salud que no fueron especificadas. A pesar de su convalecencia, su entorno aseguró que continuaba trabajando con dedicación en sus colecciones. En su cumpleaños, el 11 de julio, Armani expresó su gratitud hacia quienes lo apoyaron, pero no pudo cumplir su deseo de reencontrarse con ellos en septiembre.
Detrás de su éxito, Armani vivió intensas experiencias personales. La muerte de Sergio Galeotti, su gran amor y cofundador de su marca, en 1985, marcó un antes y un después en su vida. Armani confesó: “Todavía lo siento en todas partes”, y admitió que su ausencia fue un dolor enorme. Esta pérdida lo llevó a ser más reservado en su vida afectiva.
A lo largo de su vida, Armani también tuvo relaciones con mujeres y hombres, como reveló en una entrevista en 2000. Su primer enamoramiento ocurrió durante un campamento de verano, una experiencia que lo marcó profundamente. Tras la muerte de Galeotti, compartió su vida con Leo Dell’Orco, aunque nunca definió públicamente su relación. Un episodio significativo fue cuando entró en su casa en llamas para rescatar un anillo que simbolizaba su unión.
Armani siempre mantuvo una reserva sobre su vida personal, prefiriendo hablar poco de sus afectos. Sin embargo, dejó frases que reflejan su vulnerabilidad, como: “La moda me dio mucho, pero también me quitó a la persona más importante de mi vida”. Su biografía íntima está marcada por la herida de Galeotti y la discreción de Dell’Orco, así como por amores que nunca se borraron de su memoria.
En sus últimos días, Armani habló sobre la transición de su casa de moda, deseando que fuera orgánica y gradual. Su visión era que las responsabilidades se traspasaran a personas cercanas a él, como Dell’Orco y su equipo. La industria de la moda ahora lo despide, recordando no solo su talento, sino también su incansable pasión por el diseño.