El acelerado ritmo de vida en , una de las ciudades más congestionadas de América Latina, impacta de manera directa en el bienestar físico y emocional de sus habitantes, al punto de convertir la salud mental en una de las principales preocupaciones. De acuerdo con un estudio de la Secretaría Distrital de Salud y la UNODC, el 9,7 % de los bogotanos ha sido diagnosticado con ansiedad generalizada y el 10,9 % con depresión . A esto se suma que, en los últimos años, las atenciones por salud mental aumentaron un 26 % , pasando de cerca de 1,5 millones en 2019 a más de 2 millones en 2024, según la Veeduría Distrital.
En este escenario, contar con espacios que favorezcan la desconexión, el autocuidado y el equilibrio dejó de ser un lujo para convertirse en una necesidad. Bogotá requiere prop