Septiembre es contradictorio, pues su nombre deriva de ser el séptimo mes en el calendario romano que comenzaba en marzo, pero es el noveno en la actualidad; y pese a que los poetas ensalzan sus primeros colores del otoño y la belleza de la melancolía que desprende el final del verano, es denostado al definirlo como el momento de vuelta a las rutinas, el final de la magia de las vacaciones y el regreso del aburrimiento. Y no es así.

A la vuelta de las vacaciones comprobamos que nosotros no éramos los culpables de lo que ocurría, porque en nuestra ausencia las cosas habían seguido igual. No es el único efecto beneficioso de volver a lo habitual. Las vacaciones de verano rompen con lo que consideramos aburrido, repetitivo y tedioso. Hacemos cosas que durante el resto del año nos son ajenas

See Full Page