Pozos y empleos
John Maynard Keynes —uno de los economistas más influyentes de la historia— sostenía que, en momentos de crisis, los gobiernos podían pagar a los desempleados para cavar pozos y luego taparlos. Lo importante no era la utilidad inmediata de la tarea, mucho menos ofrecer una terapia ocupacional para quienes estaban en paro. La apuesta de fondo consistía en poner dinero en circulación para reactivar el consumo y la producción.
Aunque esta idea suene extrema o desfasada —Keynes la formuló en 1936, tras la Gran Depresión—, sigue siendo válida como metáfora. O quizás sea más que eso, considerando el lento crecimiento del empleo en la actualidad.
No sorprende, entonces, que esos planteamientos resurjan hoy en círculos académicos e incluso en algunas agendas de gobierno. La cues