En “April” Dea Kulumbegashvili reivindica el derecho de toda mujer a decidir sobre su propio cuerpo, y eso afecta tanto a la decisión de ser madre como a la manera en que quiera vivir su sexualidad. Nina (Ia Sukhitashvili) encarna las contradicciones que genera el ejercicio de ese derecho cuando se enfrenta a una sociedad vetustamente misógina como la georgiana, en la que el aborto está legalizado sobre el papel, pero supone un estigma social insalvable para quien lo practica, como paciente y como médico.
En ese sentido, Nina parece atrapada en las contradicciones de una identidad femenina en permanente conflicto con su entorno: por un lado, por su empatía con las mujeres a las que ayuda a abortar clandestinamente, y, por otro, por la urgencia de su deseo, que la lleva a entregarse a enc