Atrás quedó un curso caliente en la escuela pública vasca, que se cerró con un acuerdo “histórico” entre el Departamento de Educación y la mayoría sindical (y una inversión de 100 millones de euros) que, en principio, debería garantizar la paz social hasta 2028. La red concertada, agitada por el cierre de algunos colegios debido a la crisis de natalidad, obtuvo una financiación extraordinaria para satisfacer una de sus reivindicaciones históricas: la equiparación salarial de los docentes con sus compañeros de la pública.

La Ley Vasca de Educación tomó por fin tierra. Se creó el Instituto para el Aprendizaje del Euskera y de las Lenguas con el objetivo de consolidar un sistema plurilingüe, inclusivo y centrado en la lengua vasca. También se dio luz verde a dos acciones clave de las

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