Una nueva tecnología permite utilizar las señales de Wi-Fi que ya tenemos en casa para medir las pulsaciones del corazón de manera precisa, sin necesidad de cámaras ni de contacto físico. Detecta alteraciones o arritmias sin que el usuario tenga que llevar puesto ningún dispositivo.
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la monitorización de la salud se ha convertido en una prioridad, especialmente para el cuidado de las personas mayores y la detección temprana de problemas médicos.
Hasta ahora, medir el ritmo cardíaco de forma continua implicaba usar dispositivos que requieren contacto directo con el cuerpo, como relojes inteligentes, bandas de pecho o sensores clínicos, que pueden ser incómodos a largo plazo o costosos.
Sin embargo, una innovadora tecnología lla